Mindfulness
- Rodrigo Shambhu

- 12 sept 2020
- 2 Min. de lectura
El Mindfulness, como lo define Shinzen Young, es una capacidad que todos podemos cultivar, y que incluye 3 aspectos, que son: concentración, claridad sensorial y ecuanimidad.

Uno de los principales propósitos de esta técnica, es que con la cultivación de estos 3 aspectos, podemos dividir o separar nuestra experiencia subjetiva, aprender a distinguir qué es qué, por ejemplo. qué de lo que está pasando internamente es un pensamiento, qué es una sensación física, qué es una emoción... y gracias a esto, nuestro nivel de sufrimiento va reduciendo enormemente, y podemos aumentar nuestro nivel de satisfacción también en gran medida.
Lo interesante es que esta capacidad la podemos utilizar para prácticamente todo en nuestra vida, desde reducir el dolor físico, aprender algo nuevo, caminar, manejar, realizar algún deporte o cualquier actividad cotidiana.
La concentración se refiere a la habilidad de llevar nuestra atención a donde creamos conveniente, sin distraernos demasiado. Por ejemplo, podemos llevar nuestra atención a la punta de la nariz, a alguna parte de nuestro cuerpo, al cuerpo en su totalidad, a algún sonido externo, a alguna imagen interna o externa. El objeto de meditación puede ser cualquiera, y ese "músculo" por llamarlo así, se va fortaleciendo y cada vez es más fuerte y preciso, como un rayo láser.
La claridad sensorial es esa habilidad que nos permite separar y distinguir una cosa de la otra.
Y la ecuanimidad es la capacidad de permitir que las cosas surjan, sin luchar contra ellas, ni ser completamente aplastados por ellas.
Estas 3 habilidades las utilizamos en este sistema para explorar una gran variedad de prácticas, cada una diseñada para explorar uno o varios aspectos de nuestra experiencia interna o externa, y poder descubrir por nosotros mismos, desde nuestra experiencia directa, quienes somos, y también a disfrutar de esta experiencia humana.






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